Terapia frío-calor
La terapia frio-calor es de gran ayuda para el tratamiento de lesiones, ayuda a reducir la inflamación y el dolor.La aplicación de frio reduce la inflamación, mientras que el calor puede reducir los síntomas de dolor y aumentar la circulación de la sangre.
Tres formas de aplicar la terapia frio-calor:
- Terapia con frio: Envolver en una toalla fina la bolsa de gel previamente metida varias horas en el congelador. Aplicar en la zona dolorida durante 15 minutos. Esto debe hacerse tan pronto como empiece a notarse el dolor. Usar la terapia de frío cuantas veces sea necesario a lo largo del dia. La terapia con frio produce vasoconstricción reduciendo la inflamación y provocando analgesia, la cual disminuye el dolor. Tonifica los músculos debilitados
- Terapia con calor: Envolver en una toalla fina la bolsa de gel previamente calentada al baño maria o al microondas (sumergida en agua). Aplicar en la zona dolorida un máximo de 10 minutos. Esto ayudará a relajar la musculatura. La terapia con calor produce un efecto de dilatación de los vasos sanguíneos aumentando la oxigenación del tejido y mejorando el metabolismo. También relaja y produce una respuesta para estimular el sistema inmune. Otra de sus funciones es que hace que los leucocitos (glóbulos blancos) migren fuera de los vasos sanguíneos, hacia los tejidos que limpian al organismo de las toxinas y le ayuda a eliminar los desechos.
- Terapia de contraste: Por medio del contraste, inicialmente el calor incrementa el flujo sanguíneo en la zona afectada para llevar nutrientes al músculo; posteriormente con el frío se logra que esta sangre se desaloje de la zona afectada limpiando las células muertas y las toxinas que se encuentran en el organismo. Esta operación se repite para que nuevamente llegue sangre con oxigeno y nutrientes que continúan rehabilitando el músculo. Para que la terapia de constraste sea eficiente es necesario que primero se aplique calor 3 minutos, posteriormente se aplique frío otros 3 minutos, repitiendo esta acción tres veces. La terapia de calor en un músculo dañado, no sólo quita el dolor, si no que logra un alivio profundo para restablecer la fuerza muscular. La terapia de calor y frío ha demostrado ser uno de los mejores métodos y más prácticos para la rehabilitación muscular.
Si los síntomas no se alivian después de unos días de la terapia de frío y calor, consulte a su médico o farmaceútico.