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Biombos clínicos

Los biombos clínicos son una parte indispensable dentro del mobiliario clínico, ya que, tras una cortina colocada sobre una base de ruedas, o colgada del techo, permite preservar la intimidad del paciente en aquellos casos en que la gravedad o situación del paciente lo requiere, evitando la exposición del mismo a la vista del acompañante u otro enfermo en un hospital o consulta.

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Biombo tres cuerpos en acero pintado en blanco

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Biombos clínicos

El derecho a la intimidad debe tenerse en consideración tanto en una exploración médica, como en los cuidados prestados durante una estancia hospitalaria. El compartir habitación con un extraño, es ya de por sí algo intimidante, pues no nos permite mostrarnos con total naturalidad, con lo cual, si a eso le sumamos la actuación médica a la hora de atendernos sanitariamente, hacemos que una situación que debería verse como un proceso de ayuda, sea considerado como algo inquietante y en ocasiones vergonzoso.

Para ello nacieron los biombos clínicos, que consisten en una cortina que bien puede ir anclada en una base de ruedas de dos o tres cuerpos, o bien colgar desde el techo de la habitación en la que se realizan las maniobras médicas o de exploración.

A la hora de elegir el biombo clínico adecuado, lo primero que tenemos que tener en cuenta es el espacio disponible que tenemos o el espacio que queremos ocultar de la mirada del resto de personas. Ello nos ayudará a elegir entre dos o tres paneles plegables entre sí, para garantizar la ocupación del mínimo espacio una vez no sea necesario su uso, con cortinas opacas desmontables para su limpieza y entre acero pintado, cromado o inoxidable.

Una opción perfecta cuando no tenemos espacio suficiente o cuando se comparte habitación de manera permanente entre personas desconocidas en un hospital, es el biombo de techo, el cual a través de una guía corredera, permite dotar de intimidad al paciente a atender, mediante una cortina que discurre por dicha guía.