Sobre las terapias ecuestres se publican en la actualidad muchos vídeos que se insertan en las redes sociales. Sin embargo, puede que las hayamos experimentado en nuestra niñez de forma espontánea.
Nunca podré olvidar la sensación de plenitud que recorrió todo mi ser cuando mi padre me subió a un caballo. Yo era pequeña. No recuerdo la edad que tenía. Pasábamos los veranos en el campo, pues la siega se realizaba a mano y eran muchas las tareas que había que realizar en la estación cálida. Un viejecillo del lugar me encaramaba en lo alto de su borriquillo, en medio de los cántaros de agua que trasladaba. Había bautizado al animal con un nombre de Pimiento.
No existen palabras para describir la emoción de subir a lomos del simpático y dócil borriquillo Pimiento. Entonces, cuando me preguntaban cómo sería el cielo, yo respondía que, seguramente, sería un lugar donde había muchos borriquillos y muchos caballos. Y es que, en aquel entonces, nadie había oído hablar sobre la curiosa expresión «terapias ecuestres». Está claro que algún efecto beneficioso producían en mí. Pero ¿qué efectos reales son los que se derivan de este tipo de terapias? ¿Por qué se producen? ¿Cuáles son las personas que pueden aprovecharse de ellas?
Los niños disfrutan con las terapias ecuestres
¿Qué son las terapias ecuestres?
Las terapias ecuestres son tratamientos destinados a mejorar el estado físico, psíquico, psicomotriz, sensorial, expresivo, neuro-fisiológico y emocional de las personas sometidas a ellas, utilizando caballos u otros equinos como medio o herramienta para lograrlo.
¿A quiénes van dirigidas?
En realidad, las terapias ecuestres pueden ir destinadas a cualquier persona. Se utilizan con un enfoque lúdico, especialmente para estimular los sentidos y potencialidades de niños y adultos con distintos tipos de discapacidad (física, psíquica, sensorial, comportamental, de aprendizaje o adaptación social).
Es notorio el disfrute y la mejora que experimentan, por ejemplo, los niños con síndrome de Down, los afectados de parálisis cerebral, y un largo etcétera.
Es obligada, también, la mención de las personas con trastornos del espectro autista -entre los que se encuentra el síndrome de Asperger-. El contacto con animales de compañía -como puede ser el perro como mascota o el caballo durante las sesiones de equinoterapia- ejerce un efecto asombroso sobre estos niños, que suelen encontrar serias dificultades en la comunicación social y personal. Las terapias ecuestres les proporcionan un tipo de “relación” y de “comunicación” especial con el animal. Además, combinan una serie de sensaciones placenteras y emocionantes.
De forma más específica, entre otras muchas, la equinoterapia ayuda especialmente a niños y personas con:
- Retraso en el aprendizaje
- Retraso madurativo
- Disfunciones en el habla y en el lenguaje (disfasia, dislalia, afasia, disfemia, etc.)
- Depresión
- Estrés
- Parkinson
- Anorexia y/o bulimia
- Síndrome de West
- Síndrome de Dandy Walker
- Síndrome de Rett
- Lesiones cerebrales
- Lesiones medulares
- Fibromialgia
- Déficit de atención con hiperactividad
- Esclerosis múltiple
- Espina bífida
- Distrofia muscular
- Fibrosis quística
- Etc.
¿Cuáles son los beneficios de las terapias ecuestres?
Te sorprenderá conocer la cantidad de beneficios que se derivan de este tipo de terapias.
Si prestamos atención a los aspectos psicomotrices, la equinoterapia desarrolla o mejora:
- El equilibrio en posición horizontal y en posición vertical
- La coordinación
- La psicomotricidad gruesa y fina
- El dominio de la lateralidad
- La conciencia de la propia lateralidad.
En lo concerniente al área motriz, ayuda a desarrollar y mejorar:
- El tono y la fuerza muscular
- El desarrollo del sistema propioceptivo
- La elasticidad
- La agilidad
- El equilibrio de la cabeza y el tronco
- La inhibición de los movimientos involuntarios (reflejos, espásticos, etc.).
Si pensamos en la salud en general, los beneficios se relacionan, entre otros, con:
- La circulación sanguínea
- El sistema respiratorio
- El sistema locomotor
La mente, el cerebro, las emociones, la psicología, etc. también se ven beneficiadas al trabajarse en estas terapias:
- El autocontrol
- La autoestima
- La autoconfianza
- La memoria
- El control de las emociones
- La atención
- El sentimiento de normalidad
En cuanto al aspecto social, se suelen trabajar:
- El amor y el respeto a los animales y a la naturaleza
- La amistad con compañeros y monitores
- Las relaciones con personas externas al núcleo familiar
- Las vivencias lúdicas compartidas, etc.
Si nos fijamos en el lenguaje y la comunicación, encontramos mejoras en:
- El vocabulario
- La comunicación oral y gestual
- La articulación de las palabras
- La construcción de las frases, etc.
¿Por qué son tan beneficiosas las terapias ecuestres?
Lo principal para obtener resultados beneficiosos es la planificación adecuada de ejercicios y actividades, una vez estudiado con detenimiento cada uno de los casos concretos. Este punto lo realizan de maravilla los expertos implicados en estas terapias que encontrarás un poco más abajo.
Las actividades psicomotrices incrementan su eficacia en las terapias ecuestres
Pero es que, además, los caballos son una maravilla. Si estudiamos su biomecánica y los efectos sobre el organismo del que lo monta, nos quedamos asombrados. Los movimientos tridimensionales que realizan tanto en el paso como en el trote o en el galope, son muy variados, estableciéndose un feedback múltiple, completo y beneficioso con el jinete.
Los movimientos tridimensionales son de abducción-aducción, extensión-flexión y rotación interior-exterior. Como respuesta a estos movimientos, el jinete ha de ir adaptando los suyos propios para mantener el equilibrio.
El campo visual desde lo alto del caballo, además, es mucho más amplio, y tanto el sistema nervioso central como el muscular, se ven implicados de una forma totalmente activa y estimulante.
Disciplinas que engloba la equinoterapia
El contacto con el equino se puede realizar de varias formas en estrecha relación con las distintas disciplinas ecuestres, en concreto, las que siguen:
- La Hipoterapia. Se trata de la terapia realizada por expertos con el afectado sobre el caballo.
- La Terapia Ecuestre Ocupacional. En ellas se incluye todo tipo de actividades de trabajo, lúdicas, de cuidado y autocuidado, etc.
- Equitación Psicopedagógica. Se trata de la atención a los aspectos psicopedagógicos trabajados mediante el contacto con los caballos.
- La Equitación Adaptada es una terapia deportiva donde el jinete es el niño o persona con discapacidad.
Profesionales implicados
Los profesionales que llevan a cabo las terapias ecuestres son muy variados, si bien abarcan todo el abanico de disciplinas implicadas en el tratamiento de distintas enfermedades y discapacidades. Así, podemos encontrar logopedas, fisioterapeutas, psicólogos, educadores infantiles y especializados en educación especial, técnicos en equitación terapéutica, monitores especializados en equitación terapéutica y auxiliares especializados también en este tipo de terapias.
Después de todo lo dicho, solo queda un deseo irresistible de apuntarse a esta terapia lo antes posible. ¿Te animas?
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Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica
Gracias amigos por compartir 🙂