La accesibilidad universal es un concepto todavía desconocido para el sector interesado y para los distintos agentes sociales. La accesibilidad universal no es una utopía: se trata de algo posible, plausible, deseable, realista y realizable. Todos y cada uno, seamos o no discapacitados, debemos luchar, defender y dar a conocer este sugerente término.
Para que te hagas una idea de lo que es la accesibilidad universal, aunque sea de forma somera, general y resumida, podemos decir que es un concepto que hace referencia a un derecho basado en la puesta en práctica de viviendas, parques, calles, transportes, ciudades, comunidades, naciones, etc. plenamente accesibles para todos.

La accesibilidad universal facilita la vida de la persona afectada, de sus familiares, amigos y de toda la sociedad
La vivienda accesible, por ejemplo, no es una idea abstracta perteneciente al diseño futurista o a las novelas de ciencia-ficción. La vivienda accesible es un derecho que todavía, en pleno siglo XXI, no se ha hecho realidad.
Todo el mundo da por sentado que, a estas alturas del avance y desarrollo de nuestras modernas sociedades progresistas, la accesibilidad en las ciudades, en los edificios y en las viviendas, es algo superado. Pero esta creencia es totalmente errónea.
Bien es cierto que se ha evolucionado positivamente en lo concerniente a las ideas, a la mentalidad y a la puesta en práctica de la concienciación socio-política con respecto a la discapacidad, su problemática y las dificultades que encuentran las personas con movilidad reducida a la hora de realizar las actividades de la vida diaria, a la hora de acudir a un puesto de trabajo y, por supuesto, a la hora de realizar su actividad laboral.
Desgraciadamente, durante estos últimos años se viene observando cierta actitud de “relax” con respecto a estos temas. ¿No te has dado cuenta de que últimamente se habla menos de los aspectos relacionados con la discapacidad? Hubo algunos años -desde la década de los 80 aproximadamente hasta, alrededor de 2011- en los que la inserción sociolaboral preocupaba a los distintos sectores. En la actualidad, se han ido abandonando -o, al menos, relegando- los temas relacionados con la inclusión social de las personas con diversidad funcional, tal vez porque han sido eclipsados por otros como la crisis económica, el paro, el desempleo laboral, el consiguiente empobrecimiento de la población, las reacciones y convulsiones políticas, etc. Una de las razones, por tanto, puede buscarse en que la crisis económica ha tenido más preocupados a los colectivos, que otros temas de bastante calado personal y social como es el que nos ocupa.
¿Es deseable la accesibilidad universal? ¿Puede haber alguien que se sienta molesto o incómodo en una ciudad totalmente accesible?
Por supuesto que la accesibilidad universal es deseable. Un piso con las puertas anchas que permita el paso de sillas de ruedas no debe molestar a nadie. Si lo adquiere una persona sin discapacidad, está permitiendo que algún amigo o familiar con movilidad reducida pueda visitarlo. Además ¿quién puede afirmar que cualquier miembro de la familia propietaria del inmueble no va a accidentarse en un futuro o a sufrir una merma en la capacidad del movimiento debido al paso del tiempo por la edad?
En efecto, es necesario eliminar las escaleras en los portales de acceso a las viviendas, por ejemplo, y no admitir de ninguna manera, que las nuevas edificaciones incluyan cualquier tipo de barrera arquitectónica. Si es necesario, hay que exigir al legislador la normativa necesaria al respecto que incluya las sanciones disuasivas pertinentes.
No es suficiente con dotar a la persona con discapacidad de una mínima subvención para que realice un cambio en su vivienda que le permita realizar dentro de ella alguna actividad cotidiana necesaria. Esto sería similar a intentar parchear el enorme roto de una tela vieja, de una sociedad que se ha quedado atrás en estos asuntos, y es incapaz de alcanzar su propio tren de progreso, tecnología y modernidad.
¿A qué áreas debe extenderse la accesibilidad para que tenga carácter de universal?
De forma esquemática, podemos decir que la accesibilidad universal es necesaria con respecto a:
- La propia vivienda.
- El portal de acceso a la vivienda
- El entorno. Se trata de lo que los expertos denominan la ciudad accesible que se aplica a las calles, plazas, parques, aceras, etc. Todos estos elementos deben estar exentos de barreras arquitectónicas.
- Instalaciones públicas y edificios oficiales. Las estaciones de trenes, autobuses, los ayuntamientos, etc. han de ser accesibles a cualquier persona con discapacidad física, psíquica o sensorial.
- Los medios de transporte: aviones, autobuses, metros, etc.
¿Por qué deberían ser accesibles todas las viviendas aún estando habitadas por personas sin discapacidad?
Toda vivienda nueva debería ser accesible por las siguientes razones:
- Para que cualquier familiar o amigo con movilidad reducida, por ejemplo, pueda entrar en ella y acudir a alguna reunión sin problemas.
- Porque la persona no discapacitada puede llegar a sufrir un accidente que, temporal o definitivamente, le deje con la movilidad reducida.
- Porque puede verse en la situación, a lo largo de su vida, de tener que cuidar a un padre o abuelo enfermo o anciano.
- Porque puede tener un hijo discapacitado después de adquirir la vivienda.
El papel de la tecnología y la domótica
Los nuevos avances tecnológicos deben estar, entre otras cosas, al servicio de las personas con discapacidad. Hoy es posible. Hoy son increíbles las posibilidades que ofrece la tecnología.
No nos sorprende ya, que distintos elementos de la vivienda se puedan manejar mediante control remoto o con la propia voz. Utilizando un móvil, un mando a distancia o un cuadro de mando con los botones instalados en la silla de ruedas, se pueden abrir y cerrar puertas, ventanas, persianas o el dispositivo-grúa utilizado en el hogar para lograr las transferencias desde la silla de ruedas a la cama o viceversa.
Hace años veíamos en las más prestigiosas ferias los avances en domótica que a todos nos dejaban admirados y sorprendidos. Esperemos que estos progresos no se queden en papel mojado o en un mero lucimiento de expositores de los distintos estantes feriales. Solo se necesita la firme decisión de llevar a cabo la implantación de estos adelantos.
La clave está en la información
Al comenzar el artículo hemos hecho hincapié en la idea de que la accesibilidad universal no es una utopía irrealizable. Sin embargo, no se han hecho suficientes progresos al respecto. ¿Cuál puede ser la solución para lograrla? Como reza el título de este último apartado, la clave está en la información.
Es necesario extender ponencias, charlas, coloquios, comentarios en las redes sociales, etc., que vayan dirigidos a colectivos, personas con y sin discapacidad, profesionales relacionados con la construcción, políticos, etc.
No es tan caro como parece, no es tan dificil, solo se necesitan dos cosas para lograrlo: la información y la voluntad de conseguir una meta, un objetivo, que no es otro que la consecución del derecho de inclusión al que solo puede llegarse, en su más alto listón, mediante la plena y universal accesibilidad.
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Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica
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