En la actualidad, uno de los deportes estrella en las Paraolimpiadas es el baloncesto en silla de ruedas. ¿Sabías que las normas difieren muy poco del baloncesto convencional? ¿Te has parado a pensar alguna vez a quién se le pudo ocurrir inventar esta modalidad? Si te detienes a leer un poco, descubrirás algunas sugerentes curiosidades relacionadas con este apasionante deporte.
Como aperitivo, aquí tienes un vídeo muy cortito y ameno donde se explican las características generales del baloncesto en silla de ruedas:
¿Cuándo y cómo se comenzó a practicar el baloncesto en silla de ruedas?
El baloncesto en silla de ruedas fue ideado en Inglaterra en la década de los 40. Concretamente, en 1944 surgió como contenido de un programa de rehabilitación diseñado por los profesionales del hospital de Stoke Mandeville situado en Aylesbury, capital del condado de Buckinghamshire (Inglaterra). Este hospital adaptó, en realidad, varios deportes para que pudieran ser practicados en silla de ruedas.
Más fama tomó la iniciativa estadounidense de llevar a cabo partidos de baloncesto en silla de ruedas entre los veteranos de guerra que habían quedado con la movilidad reducida debido a la contienda. Esto sucedió en 1946. El deporte estimulaba la moral de los soldados discapacitados, los mantenía en activo y les ayudaba en su rehabilitación y reinserción.
A partir de ese momento, el baloncesto en silla de ruedas se fue extendiendo, su fama se propagó y llegó a ser un deporte muy conocido y practicado. Así, en 1960, en los Juegos de Roma, tuvieron lugar las primeras competiciones paralímpicas masculinas de baloncesto en silla de ruedas. Las femeninas llegarían algo más tarde en Tel Aviv en el año 1968.
Normas del baloncesto en silla de ruedas
Asómbrate: una de las peculiaridades curiosas de este deporte es que ¡la cancha tiene las mismas medidas que en el baloncesto convencional! Tiene, por tanto, la misma altura.
Por otro lado, la forma de puntuar es idéntica. Solo tiene la particularidad de que hay que botar la pelota tras dar dos remadas a la silla de ruedas. También se puede realizar un pase después de esos dos empujes.
Así mismo, el número de jugadores coincide con el baloncesto corriente. Son doce en total y jugando cinco.
Pero no todos los jugadores tienen el mismo grado de discapacidad, por eso se ha establecido asignar una serie de puntos -que oscilan entre el 1.0 y el 4.5- a cada jugador según su nivel de habilidad funcional. Para que el juego sea lo más justo y equitativo posible, la cantidad obtenida de sumar los puntos de los cinco jugadores que se encuentre en la pista, no debe ser superior a 14.
Equipamiento
Seguro que te has dado cuenta de que las sillas de ruedas no son normales. Tienen una forma especial y unas dimensiones concretas. Los ángulos de las ruedas están estudiados para facilitar los giros y evitar los vuelcos, por ejemplo.
Además, no todo el equipamiento está permitido. Las sillas deben cumplir una serie de requisitos y las dimensiones han de estar ajustadas a la normativa. Citamos, a continuación, algunos puntos relacionados con la mencionada normativa.
No están permitidos:
- Los neumáticos de aire negros.
- Los frenos, cambios de marcha o dirección.
- Los apoyos del tronco o de los codos (reposabrazos) no pueden sobrepasar la altura de las piernas o del tronco.
- Para impulsar la silla, solo debe haber un aro manual en cada rueda. Nada más.
Están permitidas algunas medidas de seguridad como:
- Las barras-rodillos situadas en una zona debajo de los reposapiés. Son protecciones contra los roces del suelo.
- Las roldanas pivotantes. Se trata de ruedas pequeñas que van colocadas en la barra de la zona posterior de la silla y sirven para evitar las caídas.
- Etc.
Conclusiones y llamada a la acción
Y ya solo queda que te decidas a practicarlo. El ánimo, el estímulo que proporciona y los beneficios a nivel físico, psíquico y social que aporta el baloncesto en silla de ruedas, son incomparables. El hecho de formar parte de un equipo, de relacionarse y coordinarse con otros jugadores que se encuentran en situaciones similares, son experiencias que enriquecen y fortalecen la mente, el espíritu y la personalidad. Encontrar nuevos retos refuerza el espíritu de superación. Por otro lado, con la práctica de este deporte se fortalecen los músculos -incluido el corazón-, a la vez que se incrementa la capacidad pulmonar y el cerebro trabaja procesando estrategias, movimientos y combinaciones.
Toda una serie, en fin, de razones de peso para plantearse la práctica de tan estimulante deporte.
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Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica
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