Seguramente te habrás preguntado en más de una ocasión cómo debe ser tu trato hacia una persona con discapacidad. Posiblemente tengas algún compañero o compañera en el trabajo, algún vecino, conocido o amigo que se traslada en silla de ruedas. Tal vez, simplemente, sientas cierta curiosidad o miedo al dirigirte a algúna persona con discapacidad que te encuentras por la calle, y te preguntes: ¿le estaré ofendiendo? ¿tendré que ayudarlo? En más de una ocasión, puede que hayas querido ayudar a un ciego, por ejemplo, a cruzar la calle, y no te has atrevido a proponérselo o no has sabido cómo hacerlo. Aquí encontrarás las respuestas a todas estas preguntas que te rondan la cabeza.
Como no todas las discapacidades son iguales ni las personas que las sufren tienen que enfrentar los mismos problemas y dificultades, trataremos cada caso por separado. No obstante, hay algunas recomendaciones que sirven para encauzar el trato con cualquiera de ellas.
Consejos generales a la hora de establecer un primer contacto o una conversación con una persona con discapacidad
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- No tengas miedo. Lo primero de todo es perder el miedo y no dejar de comunicarse con una persona, probablemente estupenda pero diferente, que puede aportar mucho y que puede enriquecer tu vida, tu forma de pensar, tu actitud y tu mentalidad. Piensa que estás hablando con una persona normal que tiene unas características distintas a las tuyas y unas dificultades concretas a las que se tiene que enfrentarse con o sin ayuda.
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- Naturalidad y sensibilidad. Habla con naturalidad, sin paternalismos. Se trata de una persona con dignidad como tú. Si notas que necesita ayuda no dudes en preguntarle si la precisa y cómo hacerlo.
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- Cuida un poco el lenguaje pero sin miedo. Como decíamos, solo se necesita algo de sensibilidad y no olvidar la dignidad. Evita expresiones que “cosifiquen” a la persona con discapacidad y las frases de falsa compasión. En concreto, no es apropiado decir “te llevo”, “te traigo”, “pobrecito”, etc. En su lugar, es mejor: “¿le ayudo a ir a…? ¿necesita ayuda para…? etc.
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- Háblale directamente. No te dirijas a la persona que lo acompaña prescindiendo de su presencia o de su protagonismo.
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- La persona con discapacidad tiene una valía y una dignidad. No la trates subestimándola.
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- Respeta los ritmos. No los marques tú.
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- Cada individuo es diferente. No pienses que todos las personas con discapacidad son iguales. No olvides que son personas normales. Cada uno tiene su personalidad, forma de hablar, educación, formación y cultura, pero todos tienen la misma dignidad de persona que los no discapacitados.
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- No te ofendas si rechaza tu ayuda. A las personas con discapacidad les gusta hacer las cosas por sí mismas dentro de sus posibilidades. En caso de aceptarla, haz solo hasta donde te indique o hasta donde comprendas que lo necesita.
- Procura ser amable para que ambos estéis cómodos mientras dura la charla, la compañía, la ayuda o el intercambio. Lo mejor es disfrutar; lo mejor es que disfrutéis ambos.
¿Cómo dirigirse a una persona ciega o con déficit visual?
Procura atender a los siguientes consejos:
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- Si vas a iniciar una conversación, toma tú la iniciativa. Ten en cuenta que la persona con discapacidad visual no puede verte o solo ve un sombra.
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- No grites ni lo asustes. No es una persona sorda -a no ser que lleve asociado un déficit auditivo-.
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- Identifícate adecuadamente para que sepa con quién está hablando.
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- No te marches sin avisarlo antes.
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- No te preocupes si, a lo largo de la conversación, se te escapan expresiones como “nos veremos mañana”. No pasa nada. Se trata de expresiones normales y corrientes que se usan a la hora de hablar con normalidad y sin tensión.
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- No sustituyas el lenguaje gestual por el verbal.
- Si vas a ayudarlo:
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- préstale tu brazo para que se agarre y camina con normalidad.
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- Avisa de los peligros.
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- Cuando tenga que parar echa un poco el brazo hacia atrás.
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- Cuando haya un tramo de escaleras, avisa cuando se aproxime el primer escalón y el último.
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- Ve informando de los obstáculos, dificultades, giros, cambios de dirección, etc, con algo de antelación.
- Durante la marcha, evita palabras como “ahí”, “aquí” o “allá”; sustituyelas por “a la derecha”, “a la izquierda”, “arriba” o “abajo”.
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¿Cómo debe ser la comunicación con una persona sorda o con deficiencia auditiva?
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- Hablale siempre de frente cuando te esté mirando. Hazlo a su altura donde te pueda ver bien.
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- No hables muy deprisa. Vocaliza bien. Utiliza los gestos que necesites para apoyar al lenguaje verbal.
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- Si notas que no te ha entendido, repite la frase pero con otras palabras.
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- Procura utilizar palabras sencillas, bien pronunciadas y correctas. No hables con palabras sueltas; es mejor construir frases sencillas.
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- Si no lo entiendes, no finjas. Dile que lo repita.
- Si la persona sorda o con déficit auditivo conoce el lenguaje de signos y hay alguien que lo domine, puedes comunicarte con ella de esa forma.
¿Cómo debe ser el trato con una persona que tiene la movilidad reducida?
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- Si la persona se desplaza en silla de ruedas hay que procurar hablar con ella situándonos a su misma altura.
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- Cuando camines con alguien que tiene que utilizar muletas para caminar, ajusta tu paso al suyo sin adelantarte.
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- Para ayudarlo con algún dispositivo técnico, pregunta cómo hacerlo.
- No olvides que se trata de una persona con dificultades físicas. No es ningún inútil y no está incapacitado. Evita dirigirte a él como si fuese un niño pequeño.
Personas con discapacidad intelectual
Estas personas corren el peligro del aislamiento, del rechazo y de la discriminación. Lo mejor es entablar conversación estando atentos a las respuestas para ir acoplándonos a su nivel de comprensión, de expresión, a sus capacidades, etc.
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- Utiliza un lenguaje sencillo y demuéstrales cómo se hace con tu propia actuación si es necesario.
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- Dáles órdenes concretas, directas y sencillas.
- Presta tu ayuda solo hasta donde lo necesiten.
Conclusión
Como ves, comunicarse con las personas que tienen algún tipo de déficit físico, psíquico o sensorial no es tan difícil; lo único que hay que hacer es poner una dosis adecuada de sentido común, naturalidad y buena voluntad.
No te pierdas sus vivencias, experiencias y ansias de superación. Ánimo; solo queda poner estos sencillos consejos en práctica para disfrutar de una buena conversación entre estupendos amigos, tengan estos discapacidad o no.
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Un cordial saludo,
María Luisa Sánchez Vinader
Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación
Diplomada en Magisterio de Educación Especial y Pedagogía Terapéutica
Wilmar says
Buenas noches, soy Wilmar Gaviria, estoy interesado ya que empece a dar clases de natación a un joven en silla de ruedas, pero realmente , no se que ejercicio aplicar con el joven me limito siempre a los mismos, que pudiera hacer?, gracias ,quedo atento.
ortoweb says
Buenos días Wilmar,
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Saludos