Barreras arquitectónicas, obstáculos para conseguir la accesibilidad urbana

La eliminación de las barreras arquitectónicas es la clave principal para lograr la deseada accesibilidad urbana. Una ciudad accesible es aquella cuyos elementos urbanísticos propician las condiciones idóneas para que todos sus habitantes y visitantes puedan acceder con facilidad a los distintos espacios, bienes y servicios facilitando, de este modo, lo que los expertos denominan Goce Efectivo de Derechos (GED).

¿Te imaginas, por ejemplo, que por tu ciudad pudieran deambular sin problemas las personas con discapacidad? Sería estupendo ¿verdad? Y no solo que pudieran desplazarse, sino también disfrutar de los parques y utilizar los transportes públicos. Hoy en día, esto parece algo conseguido y obvio, sin embargo, todavía se puede mejorar sustancialmente.

Eliminación de barreras arquitectónicas para las personas con discapacidad física

Vamos a pensar por un momento que para caminar necesitamos utilizar bastones ingleses o silla de ruedas. ¿Cómo deben estar diseñadas nuestras calles para desplazarnos por ellas sin dificultad?

Las barreras arquitectónicas: el mayor obstáculo para lograr la ciudad accesible para las personas con discapacidad física

Lo primero que nos viene en mente son las aceras rebajadas, especialmente en los pasos de cebra.
Rampas. Las rampas en las zonas de desnivel son imprescindibles, no solo para facilitar los distintos accesos a las personas con discapacidad física; también son muy útiles para las mamás que llevan a sus hijos en sillas y cochecitos de bebé, así como para trasladar la compra en los carritos destinados a la misma. Pero hay que tener cuidado con la pendiente.
Es necesario eliminar las rejillas demasiado anchas del suelo de las calzadas.
Aceras anchas para que puedan pasar las sillas de ruedas.
Aparcamientos y parkings reservados. Son necesarios en los lugares más cercanos a la entrada de hospitales, centros de salud, sitios oficiales, lugares públicos, de ocio, grandes almacenes, etc. Los aparcamientos reservados han de cumplir unos requisitos en lo referente a sus dimensiones para permitir a la persona afectada salir y entrar en su vehículo con o sin silla de ruedas. En este punto es obligado hacer hincapié en el respeto; cuando una persona sin dificultades motoras ocupa un lugar reservado, está privando al que sí las tiene, de sus derechos. Hoy en días, además, contamos con la inestimable ayuda de las tarjetas europeas de estacionamiento.
Badenes. Los badenes son perjudiciales para las lesiones óseas, especialmente para las lesiones de espalda. Existen unos badenes especiales -más caros que los que suelen instalarse- que contienen un líquido. Éste líquido se desplaza cuando el vehículo pasa despacio. En el caso contrario, si va a mucha velocidad, no se da el tiempo suficiente al líquido para que se desplace, con el consiguiente efecto de rebote.

Los aparcamientos reservados son primordiales para lograr la eliminación de barreras arquitectónicas y la movilidad de las personas con discapacidad

En la actualidad, es muy frecuente ver a los políticos pasearse en silla de ruedas para demostrar la accesibilidad de las ciudades. Esto está muy bien, sin embargo, yo añadiría “la prueba del algodón” -expresión usada en algún spot publicitario-. Esta consiste en que sean las asociaciones de personas con diversidad funcional física, las que tracen el itinerario a seguir.

Eliminación de barreras arquitectónicas para personas con déficit visual

Discapacidad visual

Los pasos peatonales con señales acústicas se han convertido en algo cotidiano. Sin embargo, todavía hay muchos sin sonorizar.
Cualquier obstáculo que pueda suponer el mobiliario urbano debe eliminarse. Las papeleras, por ejemplo, han de situarse en laterales de forma estratégica.

Muchos colegios realizan ejercicios consistentes en cubrir los ojos a algunos alumnos mientras que otros los acompañan en un recorrido preparado con anterioridad. Se trata de una actividad escolar educativa a través de la cual se consigue concienciar a los chavales sobre las dificultades de las personas con déficit visual, así como de los obstáculos y barreras arquitectónicas que suelen encontrar cuando se desplazan.

Discapacidad auditiva

Las personas que oyen poco o no oyen necesitan el contacto visual para obtener la información. En este sentido se hacen necesarios los carteles y las señalizaciones amplios y significativos, las aceras anchas y los pasos bien visibles para evitar peligros. Hay que tener en cuenta que el uso del claxon es ineficaz para estas personas. Un tramo de calle sin acera o con la acera pequeña que obligue a una persona con déficit auditivo a bajarse de la misma, puede ser muy peligroso.

Una ciudad accesible para las personas con discapacidad psíquica, mental o intelectual. Eliminación de las correspondientes barreras arquitectónicas

Es aquella que cuenta con carteles claros, sencillos, intuitivos y fácilmente reconocibles, para que las personas que tienen ciertas dificultades de tipo mental o intelectual, puedan comprenderlos cómodamente sin hacer excesivos esfuerzos.

No estaría de más la presencia de agentes distribuidos por zonas. Este personal puede ser de gran ayuda. Hay personas que se despistan y no saben volver a casa, por ejemplo. También puede darse el caso de algún desmayo, ataque epiléptico, etc. La presencia humana -y no solo la mecánica- es reconfortante en algunas situaciones de la vida.

Conclusión final

Mucho ha sido lo logrado hasta nuestros días para la supresión de barreras arquitectónicas, pero siempre se puede mejorar, todo es cuestión de iniciativa, imaginación, y una buena dosis sensibilización y buena voluntad.

Además, a pesar de las dificultades, siempre puedes obtener los mejores productos y las mejores prestaciones en tus bastones o sillas de ruedas, para que puedas sortear con mayor éxito, muchas de las barreras arquitectónicas que hemos enumerado. Los encontrarás en tu ortopedia online: www.ortoweb.com.